martes, 20 de noviembre de 2012

" No hay que ordenar el mundo, porque el mundo es la encarnación del orden. Somos nosotros quienes debemos ponernos al unísono de ese orden." 

Henry Miller.

jueves, 8 de noviembre de 2012

PORNOTERRORISMO
Diana J. Torres (Madrid 1981)








Este trabajo no quiere ser la simple elucidación de un concepto, algo teórico. Busca algo más. Quiere darnos a conocer una forma de ser, de vivir. Porque el ‘pornoterrorismo’ es algo que late, que chorrea, un impulso compuesto por el deseo y la imaginación. De este modo, este libro es un relato biográfico y una profunda reflexión en torno al sexo y las prácticas sexuales, la moral, la política… Es una llamada a romper los tabúes aún imperantes en nuestra sociedad. Un grito por el derecho a que cada uno disfrute como quiera de su cuerpo y de su sexualidad. Un atentado contra las convenciones. Un acto terrorista contra las normas. «¿Acaso hay fusión más hermosa que la de las palabras ‘porno’ y ‘terrorismo’?».






Si quereis leer un fragmenteo del libro podeis verlo en este enlace.
http://www.txalaparta.com/upload/productos/pornoterror.pdf

miércoles, 7 de noviembre de 2012










La Contra






¿En qué pensamos?
Un chico que desplegaba una intensa vida sexual con diversas e incontables mujeres en sucesivos encuentros pasajeros ¡perdió toda su seguridad sexual ante cierta chica de la que se enamoró! La sexualidad masculina encierra estas complejidades, muchas y desconcertantes, por poco estudiadas. Este caso es sólo uno de los que glosa el doctor Bustamante en su libro ¿En qué piensan los hombres? (Paidós), donde detalla las dificultades sexuales de ellos y cómo abordarlas: acopia pistas para que ellas entiendan qué nos gusta y qué nos afecta, claves para saber cómo hacer feliz a un hombre sexualmente. Todo, o casi todo, tiene arreglo si no se dramatiza y se encara a cuatro manos y con buen humor.
El tópico sobre la sexualidad del varón es...
Que somos simples. Que pensamos con el pene. Que somos de orgasmo fácil. Que somos egoístas y buscamos sólo nuestro placer en cualquier agujero.

¿Y no somos simples?
Somos complejos... pero hasta hoy no habíamos necesitado conocernos. Ellas tienen pocos datos sobre nosotros.

¡Soluciónelo aquí!
Anuncié a amigas mías que escribía un libro sobre sexo masculino, y bromearon: "¡Acabarás rápido!". Pues no: salen muchas páginas.

¿Pensamos con el pene o no?
Eso responde a que, antes, se creía que sólo el hombre deseaba... y que siempre deseaba.

¿Y qué ha pasado?
La revolución sexual femenina: ella se sacude las vergüenzas, desea, pide sexo, ¡y él descubre en ese momento que... no le apetece!

¡Esquemas rotos!
Sí. Y él se desconcierta. Se asusta. En vez de confesarlo, ve dos salidas: huir o forzarse.

¿Y qué hacemos?
Ambas salidas frustran y merman tu autoestima. Huyes por miedo a no estar a la altura y ser juzgado. Y forzarte desemboca en gatillazo (te arrugas) o anorgasmia.

¿Qué salida queda?
¡Hacer la revolución sexual masculina!

¿En qué consiste esa revolución?
En conquistar nuestro derecho a decir no.

Ostras.
Necesitamos librarnos de nuestro miedo a fracasar. Si un día no se te levanta... ¡bromea, tómalo con humor! No hay por qué salir de la cama, podemos hacer más cosas...

¿Y por qué tenemos aún tanto miedo?
Hemos depositado en la erección nuestra autoestima como hombres, nuestra virilidad. ¡Eso nos debilita! Y ellas no ayudan nada con frases dañinas como esta: "No hay mujeres frígidas, hay hombres inexpertos".

¿Y no es verdad?
¡No! Si ella descarga la responsabilidad de su placer en él y él carga ese peso... acabarán mal. Hacer de los orgasmos de ella un objetivo, una meta, ¡es boicotearse!

¿Por qué?
La gracia del sexo está en el camino, sin más meta que estar a gusto, divertirse, disfrutar. Y el orgasmo es sólo un subproducto.

Dígaselo a ella.
Ella puede destrozar la autoestima y la seguridad de un hombre: "¡Con lo que yo he disfrutado del sexo!, pero contigo...". Somos demasiado vulnerables en este punto.

¿Cómo no serlo?
Deja de compararte con otros hombres imaginarios, entiende que se trata de ser afectuoso, y que el sexo es un modo de serlo, ¡no unos juegos olímpicos! Si vas al sexo como a un examen... ¡ya has cateado!

¿Vemos el sexo como competición?
Sí. Buscamos hacer muescas: conquistas, polvos, orgasmos... Y ellas, hoy, también. Todo esto perjudica a la sexualidad masculina.

¿Qué hacer?
Que ella se feminice (sin imponer ni exigir) y él se masculinice (sin temer ni exigirse) y se muestre seguro y firme. La dominación masculina es la fantasía sexual favorita de ellas: vea el éxito de Cincuenta sombras de Grey.

¿Qué consulta sexual masculina es la más frecuente?
La dificultad para controlar la eyaculación de modo razonable.

¿Qué es razonable?
No hay duración estándar. Se trata de estar a gusto juntos, de afectividad. Si él eyacula sin orgasmo de ella, ¡humor compartido!: él puede seguir haciendo cosas en la cama.

¿Y si ella se irrita, iracunda, y le riñe?
Es tan impertinente y dañino como si él dijese: "¡Tú, querida, córrete en un minuto!".

¿Qué es una buena relación sexual?
Una comunicación privilegiada que no tienes con nadie más que con tu pareja, y que no necesita ni erección ni orgasmos.

¿Qué pueden hacer ellas por nosotros?
Mujer, hazle sentir que te gusta lo que le haces. Ayúdale a entender qué pasa con tu orgasmo. Y hazle sentir tranquilo, que por donde pise no estallará ninguna mina.

¿Cuánto puede durar una erección?
Variable. Una erección muy prolongada (un par de horas) puede gangrenar el pene.

¿Los sexólogos padecen gatillazos?
¡Sí! ¿Y qué? No estamos en una película porno en la que el director dirá "¡corten!".

¿Tiene ventajas ser sexólogo?
La desventaja de levantar expectativas en ellas... aunque la ventaja de tener recursos.

¿Por ejemplo?
La erección se ha ido: ¡no dramaticemos! Besémonos, acariciémonos... Y hasta puede volver. O no: ¡no depositemos tanto peso en un trozo tan pequeño! Juguemos, ¿no?

Ya, pero ¿de qué depende una erección satisfactoria?
De una buena salud cardiovascular: ¡corazón sano, pene sano! Y de dejar a un lado la ansiedad. Y de tener ganas de jugar.

Si un miembro de la pareja desea más sexo que el otro, ¿qué hacemos?
Se negocia, se llega a un acuerdo... y eso puede incluir la masturbación.

Ante los celos sexuales, ¿qué aconseja?
Hablar, pactar... pero sin que uno cambie su modo de ser por pacificar al otro, pues vino a ti precisamente por cómo eres, ¿no?

¿Cuál es la fantasía sexual favorita de los hombres?
La fantasía del trío (él con dos mujeres de su gusto), y también tener un lance sexual con alguna mujer conocida y cercana.



domingo, 4 de noviembre de 2012

La cópula y el coito

Implicaciones de la cópula y el coito

Retomar la distinción entre cópula y coito -interesadamente confundidos- puede abrir un campo de acción apenas roturado en la educación sexual. La pregunta por su contenido no despierta especiales inquietudes. Sin embargo, me parece que es una pregunta muy necesaria. Viendo y leyendo lo que suele pasar por educación sexual, cabría distinguir –por simplificar- dos tipos: una educación que fiscaliza los tiempos y las pautas, estableciendo los males que acechan si uno se sale del carril establecido; y otra que se limita a trasladar la complacencia con el modelo copulocéntrico imperante. A la postre, en ambos casos se rinde pleitesía al fin último: el orgasmo como resultado de la inserción del pene en la vagina. Y no hay más vueltas.
De ahí la pertinencia de recuperar la noción de coito (co-ir, ir juntos) y separarla de la cópula.
Puede verse el coito como ese estar juntos, disfrutando de caricias, olores, miradas, confidencias, mordiscos, manoseos varios… Con ello se refuerzan varias ideas en la educación sexual: la penetración vaginal no es el alfa y la omega de un encuentro amatorio; existen multitud de prácticas aconceptivas; si quieres evitar situaciones embarazosas dedícate al coito y no a la cópula; en el coito no importa el tamaño del pene, ni el tiempo que se tarda en eyacular, ni hay que estar a ninguna altura: se trata de disfrutar del encuentro con otra persona: su piel, su olor, sus ilusiones, sus temores, sus lametones…
Si convertimos la cópula en una de tantas posibilidades, se siguen algunas consecuencias. Por ejemplo, muchas de las así llamadas perversiones o parafilias tienen su mala fama en que prescinden de la cópula. Al ser prácticas no reproductivas, se consideran sucias, ya que lo sucio es ‘lo que está fuera de lugar’. El whisky en una copa es un preciado líquido. Pero si se cae en la alfombra, la ensucia. Por lo mismo, si el pene tiene un lugar donde debe estar (la vagina), ¿qué hace ensuciándose en la boca, en un zapato o en el ano?
Si conseguimos que el pene deje de estar destinado a la cópula, y sirva simplemente para el placer, muchas de las peculiaridades eróticas dejarían de tener ese marbete morboso, lindante con la psicopatología, y se atenuaría la generación de ansiedad (¿seré un pervertido?). Ampliar las posibilidades de juego erótico, aceptar que uno puede disfrutar de muchas maneras, que no conducen necesariamente al orgasmo, es parte del ensanchamiento del ars amandi.
Pero no se trata solo de jugar con el pene fuera de la vagina, sino de jugar sexualmente, es decir, entre los dos sexos, sexuadamente. Dar rienda suelta al deseo sin centro, sin norma, sin meta, sin ansiedad. Simplemente desear, explorar, probar, detenerse, seguir; todo al albur del deseo.
Desaparecida la norma (la cópula que culmina en orgasmo), las desviaciones, fetichismos y otras parafilias se vuelven ‘peculiaridades’, modos propios que uno tiene de pasárselo bien. Sin que nadie juzgue ni sienta que debe adecuarse a otro criterio que el propio. Si me gusta desayunar pan con aceite y sal, ¿por qué va a ser mejor el pan con mantequilla y mermelada?, ¿o los cereales?, ¿o la pieza de fruta? Pues en la amatoria, igual. Cada cual, a lo suyo. Y basta ya de mirar al de al lado.
Los beneficios de disolver la cópula como centro de la amatoria no acaban aquí. ¿Qué pasa entonces con las disfunciones? Que muchas dejan de serlo. Veamos. ¿Qué es la eyaculación precoz? Correrse antes de tiempo. ¿Antes de qué tiempo? Del tiempo necesario para que la mujer tenga un orgasmo por medio de la penetración. ¿Y a santo de qué nos imponemos esta norma? Uno eyacula cuando se ha excitado mucho. Así que eso de eyaculación precoz es casi una contradicción en los términos. Además, si lo que se anda buscando es el orgasmo, hay formas más eficientes, como el cunnilingus o la masturbación. Así ni hay eyaculación precoz, ni se cansa uno tanto, ni importa el tamaño del pene. Otro tanto podría decirse de la anorgasmia, de la falta de lubricación, etc. En el momento en el que la cópula deja de erigirse en meta ineludible del encuentro erótico, muchas de las disfunciones pasan a ser, a lo sumo, dificultades. ¿Disfunción eréctil? Salvo que quieras concebir (o hayas circunscrito tu masculinidad a la visión enhiesta de dicho miembro), no es imprescindible para disfrutar del cuerpo del otro, ni hacerle disfrutar. Con una condición: que no creas que ella solo busca un orgasmo y la única manera (o la única digna para un hombre) es mediante la pene-tración.

sábado, 3 de noviembre de 2012

El amor contado a los niños
por Lydia Luque


¿Qué es el amor?

La historia  nace de un libro de Platón llamado “El Banquete” (SIV a.c) que daba respuesta a ello. En ese Banquete, se da un discurso para responder a ello y Aristófanes lo hace con una bonita historia.

¿Qué es el amor? La respuesta es el sexo. Un relato que nos enseña a ver el sexo (el corte) como el orden del amor, el encuentro, ya que la condición humana es sexuada cortada en dos sexos, luego pensamos en los sujetos como seres sexuados,  dándole un nuevo valor al sexo como fuente de explicaciones y no de problemas. Antes, se veía como un deber, el de reproducirse, y se pensaba poco en los deseos, ya que el sexo, en su búsqueda, ayuda a explicar situaciones que se plantean en los sujetos por el hecho de ser sexuados, ya que su porqué radica en atraerse y convivir, se desean, por lo que se buscan. Cada uno busca su mitad, lo que nos ayuda a entender nuestra orientación, ya que la razón de sexo da forma a las identidades. Nos interesa la biografía de cada uno, cómo nos hacemos hombres o mujeres, lo que ayuda a explicar el encuentro de los sexos en la actualidad. Amarse es el arte de gustarse los unos a los otros, como diría más adelante Ovidio, en el Ars Amandi y el sexo es el camino para llegar a él, la búsqueda, el encuentro de parejas que han sido cortadas.

Cuando llegó  este libro  a mis manos quedé maravillada y sorprendida de cómo se podía explicar todo esto y transmitir a los más pequeños. Efigenio Amezúa y Nadette Foucart dan un toque mágico al llevarlo a los niños, a enseñarles el valor del sexo y su significado. El cuento contiene una serie de dibujos muy simples y sencillos que ayudan a la comprensión del relato, de cómo los seres fueron cortados y cómo buscan su otra mitad: más grande, más pequeña, similar….

Una pequeña lectura que explica conceptos como el amor y el sexo, de una manera gráfica y sencilla y con una rápida lectura, un material que considero muy útil para los profesionales que trabajan con niños. Además, al final del relato, incluye explicaciones del origen del texto, las ideas y metáforas utilizadas y el debate originado.

No es fácil explicar a un niño lo que es el amor, lo que consigue este cortito relato que estoy segura que será uno de los primeros cuentos que relataré a mi pequeño ser sexuado, mi hijo.

El sexo es el origen de una aventura, es la aventura de amarse sexuadamente
Puede adquirirse en


Lydia Luque
Socióloga y Sexóloga



jueves, 1 de noviembre de 2012

"LA FORMA COMO VEMOS LAS COSAS ES SOLO LA FORMA COMO VEMOS LAS COSAS, NO LA FORMA COMO LAS COSAS "SON".